martes, 7 de septiembre de 2021

 TODO HOMBRE, Y TODO EL MUNDO, OBRA POR UN FIN...

Cuestión 1, artículo 2: si es propio de la creatura racional obrar por un fin


ST se preguntó si el hombre obraba por fines, es decir, si el hombre en sus acciones verdaderamente persigue un fin o actúa como al azar, desordenadamente, sin buscar nunca algo determinado en lo que hace. Y la respuesta fue que sí, que evidentemente el hombre al actuar lo hace por fines. Aunque no siempre, pues hay muchas cosas que hacemos como sin pensar, como rascarnos la barba al meditar (los que tienen). Pero, ciertamente aquellas cosas que hacemos en tanto que somos hombres, es decir, en tanto que interviene la voluntad deliberada, las hacemos por un fin puesto que precisamente la voluntad es una potencia cuyo objeto es el fin y el bien.

Ahora en este segundo artículo se pregunta ST si ese obrar por un fin es algo propio de la creatura racional, es decir, si obrar por un fin es algo que se da solo en la creatura racional, algo propio y como que exclusivo suyo.

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Bien. Comienza santo Tomás realizando una reflexión un poco difícil de entender, sobre todo para nosotros hoy. Tengamos en cuenta que ST al escribir se estaba dirigiendo a estudiantes que en esa época ya habían pasado unos 4 años al menos en la facultad de artes antes de ingresar a teología, es decir, ya habían estudiando filosofía varios años antes de llegar a las clases del buen Tomás. Entonces le entendían perfectamente cuando él les hablaba de causa final, agente, serie ordenada de causas, materia, forma, etc.

Para nosotros hoy la cosa es más compleja. Crecimos escuchando los Hombres G y ahora reggaeton (no todos, Deo gratias), y nos hacen falta esas bases que los oyentes de ST sí tenían bien consolidadas. Pero como decía un antiguo jefe, con los bueyes que tengo me toca arar, lo que significa que como sea igual debemos hacer el esfuerzo.

La reflexión que hace ST es más o menos la siguiente:

- TODO AGENTE (es decir toda causa eficiente, ¿recuerdan las  causas aristotélicas, formal, material, eficiente y final?) necesariamente obra por un fin.

- En una serie ordenada de causas (una serie ordenada de causas es aquella donde la causalidad de cada una va dependiendo de la causalidad de la anterior, como el bastón que mueve la piedra, PORQUE fue movido por la mano, PORQUE el abuelo decidió moverla, etc.) si se quita la primera fallan las demás.

- La primera causa es la final, paradójicamente, aunque ya explicamos que en el orden de la intención ha de estar al principio. Y es la primera porque la materia no es movida a recibir la forma por el agente a no ser que éste se encuentre determinado a un fin en particular. Si el agente no estuviera determinado a un fin no haría lo uno más que lo otro, se obraría al azar y nunca se lograrían fines determinados. Por eso de las 4 causas la primera es la final, es la que pone como en movimiento todo lo demás. Los medievales decían que la causa final es "causa causarum", esto es, causa de las causas.

- Afirma ST que esa determinación del agente por el fin se realiza de distintas maneras, porque en los agentes racionales (como el hombre), esa determinación ocurre en la voluntad (llamada apetito racional) que tiende al fin. Mientras que en los demás seres esa determinación del agente se produce por un apetito natural, una tendencia natural. 

- Y sucede que obrar o hacer algo ocurre de dos maneras: como por iniciativa propia, y como por iniciativa ajena, por decirlo de alguna manera. En otras palabras, como determinándose a sí mismo a dicha acción (la que sea), como le ocurre al hombre cuando obra como tal (voluntad deliberada); o como determinado por otro, como le ocurre a la flecha que vuela hacia el blanco dirigida por el arquero.

- De manera que hay que decir que los seres dotados de razón, que obran con libre arbitrio, obran por un fin como puesto por ellos mismos; mientras que los seres irracionales obran por un fin como movidos por otro.

- Y lo anterior incluso en el caso de que conozca el fin, materialmente hablando, como es el caso de un animal. El animal conoce aquello que es fin, más no conoce la razón de fin, por lo tanto no conoce la razón de medio, por lo tanto no puede de suyo ordenar una serie de acciones a la consecución de un fin, sino que cuando parece que lo hace en realidad obra movido por un impulso que le viene de su naturaleza, es decir, del Autor de su naturaleza. A eso se llama apetito natural.

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De esta manera ST muestra que incluso los seres irracionales, carentes de razón, obran por un fin. Los animales que vemos a nuestro alrededor obran por fines, lo cual resulta evidente a la mera observación, como cuando nuestro perro nos trae la correa PARA pedirnos un paseo. De manera que no resulta difícil ver que ahí se da el obrar por un fin. En la naturaleza inferior, la que ni es racional, ni es sensitiva, como un vegetal o un mineral, es mucho más difícil ver que hay acciones por un fin. Pero ST señala que incluso allí se da el obrar por un fin, aunque claro que no un fin conocido por el agente, sino un fin más bien conocido por una inteligencia que está como fuera de dicho agente y lo ha ordenado al fin. Aquí el ejemplo de la flecha y el arquero es útil. La flecha evidentemente no conoce nada, está hecha de madera (supongo), y no tiene conocimiento; sin embargo, vemos que claramente la flecha viaja por el aire con una dirección determinada y como que con la intención de dar en el blanco, más claramente dicha intención no brota de ella sino del arquero que dirige el movimiento de la flecha.

Si en el universo vegetal y mineral no hubiera acciones por un fin determinado, se seguiría que en dicho universo todo sería caótico, desordenado, ininteligible, impredecible. Y vemos que sucede exactamente lo contrario, no solo hay orden (relativo) en el mundo humano, y en el animal; sino que también a nivel vegetal y mineral, incluso atómico y subatómico, todo se nos presenta en un orden de movimientos y reacciones admirablemente organizado, preciso, armónico, tanto que los científicos incluso lo pueden describir en fórmulas matemáticas bastante precisas. 

De manera que el universo entero obra por un fin, no es caos, sino cosmos.


domingo, 5 de septiembre de 2021

Santo Tomás de Aquino, el Aquinate...

Tomás nació entre 1224 y 1225 en el castillo que su familia, noble y rica, poseía en Roccasecca, en los alrededores de Aquino, cerca de la célebre abadía de Montecassino, donde sus padres lo enviaron para que recibiera los primeros elementos de su instrucción. Algunos años más tarde se trasladó a la capital del reino de Sicilia, Nápoles, donde Federico IIi había fundado una prestigiosa universidad. En ella se enseñaba, sin las limitaciones vigentes en otras partes, el pensamiento del filósofo griego Aristóteles, en quien el joven Tomás fue introducido y cuyo gran valor intuyó inmediatamente. Pero, sobre todo, en aquellos años trascurridos en Nápoles nació su vocación dominica. En efecto, Tomás quedó cautivado por el ideal de la Orden que santo Domingo había fundado pocos años antes. Sin embargo, cuando vistió el hábito dominico, su familia se opuso a esa elección, y se vio obligado a dejar el convento y a pasar algún tiempo con su familia.

En 1245, ya mayor de edad, pudo retomar su camino de respuesta a la llamada de Dios. Fue enviado a París para estudiar teología bajo la dirección de otro santo, Alberto Magno, del que hablé recientemente. Alberto y Tomás entablaron una verdadera y profunda amistad, y aprendieron a estimarse y a quererse, hasta tal punto que Alberto quiso que su discípulo lo siguiera también a Colonia, donde los superiores de la Orden lo habían enviado a fundar un estudio teológico. En ese tiempo Tomás entró en contacto con todas las obras de Aristóteles y de sus comentaristas árabes, que Alberto ilustraba y explicaba.

En ese período, la cultura del mundo latino se había visto profundamente estimulada por el encuentro con las obras de Aristóteles, que durante mucho tiempo permanecieron desconocidas. Se trataba de escritos sobre la naturaleza del conocimiento, sobre las ciencias naturales, sobre la metafísica, sobre el alma y sobre la ética, ricas en informaciones e intuiciones que parecían válidas y convincentes. Era una visión completa del mundo desarrollada sin Cristo y antes de Cristo, con la pura razón, y parecía imponerse a la razón como «la» visión misma; por tanto, a los jóvenes les resultaba sumamente atractivo ver y conocer esta filosofía. Muchos acogieron con entusiasmo, más bien, con entusiasmo acrítico, este enorme bagaje del saber antiguo, que parecía poder renovar provechosamente la cultura, abrir totalmente nuevos horizontes. Sin embargo, otros temían que el pensamiento pagano de Aristóteles estuviera en oposición a la fe cristiana, y se negaban a estudiarlo. Se confrontaron dos culturas: la cultura pre-cristiana de Aristóteles, con su racionalidad radical, y la cultura cristiana clásica. Ciertos ambientes se sentían inclinados a rechazar a Aristóteles por la presentación que de ese filósofo habían hecho los comentaristas árabes Avicena y Averroes. De hecho, fueron ellos quienes transmitieron al mundo latino la filosofía aristotélica. Por ejemplo, estos comentaristas habían enseñado que los hombres no disponen de una inteligencia personal, sino que existe un único intelecto universal, una sustancia espiritual común a todos, que actúa en todos como «única»: por tanto, una despersonalización del hombre. Otro punto discutible que transmitieron esos comentaristas árabes era que el mundo es eterno como Dios. Como es comprensible se desencadenaron un sinfín de disputas en el mundo universitario y en el eclesiástico. La filosofía aristotélica se iba difundiendo incluso entre la gente sencilla.

Tomás de Aquino, siguiendo la escuela de Alberto Magno, llevó a cabo una operación de fundamental importancia para la historia de la filosofía y de la teología; yo diría para la historia de la cultura: estudió a fondo a Aristóteles y a sus intérpretes, consiguiendo nuevas traducciones latinas de los textos originales en griego. Así ya no se apoyaba únicamente en los comentaristas árabes, sino que podía leer personalmente los textos originales; y comentó gran parte de las obras aristotélicas, distinguiendo en ellas lo que era válido de lo que era dudoso o de lo que se debía rechazar completamente, mostrando la consonancia con los datos de la Revelación cristiana y utilizando amplia y agudamente el pensamiento aristotélico en la exposición de los escritos teológicos que compuso. En definitiva, Tomás de Aquino mostró que entre fe cristiana y razón subsiste una armonía natural. Esta fue la gran obra de santo Tomás, que en ese momento de enfrentamiento entre dos culturas —un momento en que parecía que la fe debía rendirse ante la razón— mostró que van juntas, que lo que parecía razón incompatible con la fe no era razón, y que lo que se presentaba como fe no era fe, pues se oponía a la verdadera racionalidad; así, creó una nueva síntesis, que ha formado la cultura de los siglos sucesivos.

Por sus excelentes dotes intelectuales, Tomás fue llamado a París como profesor de teología en la cátedra dominicana. Allí comenzó también su producción literaria, que prosiguió hasta la muerte, y que tiene algo de prodigioso: comentarios a la Sagrada Escritura, porque el profesor de teología era sobre todo intérprete de la Escritura; comentarios a los escritos de Aristóteles; obras sistemáticas influyentes, entre las cuales destaca la Summa Theologiae; tratados y discursos sobre varios temas. Para la composición de sus escritos, cooperaban con él algunos secretarios, entre los cuales el hermano Reginaldo de Piperno, quien lo siguió fielmente y al cual lo unía una fraterna y sincera amistad, caracterizada por una gran familiaridad y confianza. Esta es una característica de los santos: cultivan la amistad, porque es una de las manifestaciones más nobles del corazón humano y tiene en sí algo de divino, como el propio santo Tomás explicó en algunas quaestiones de la Summa Theologiae, donde escribe: «La caridad es la amistad del hombre principalmente con Dios, y con los seres que pertenecen a Dios» (II, q. 23, a.1).

No permaneció mucho tiempo ni establemente en París. En 1259 participó en el capítulo general de los dominicos en Valenciennes, donde fue miembro de una comisión que estableció el programa de estudios en la Orden. De 1261 a 1265 Tomás estuvo en Orvieto. El Romano Pontífice Urbano IV, que lo tenía en gran estima, le encargó la composición de los textos litúrgicos para la fiesta del Corpus Christi, que celebraremos mañana, instituida a raíz del milagro eucarístico de Bolsena. Santo Tomás tuvo un alma exquisitamente eucarística. Los bellísimos himnos que la liturgia de la Iglesia canta para celebrar el misterio de la presencia real del Cuerpo y de la Sangre del Señor en la Eucaristía se atribuyen a su fe y a su sabiduría teológica. Desde 1265 hasta 1268 Tomás residió en Roma, donde, probablemente, dirigía un Studium, es decir, una casa de estudios de la Orden, y donde comenzó a escribir su Summa Theologiae (cf. Jean-Pierre Torrell, Tommaso d'Aquino. L’uomo e il teologo, Casale Monferrato, 1994, pp. 118-184).

En 1269 lo llamaron de nuevo a París para un segundo ciclo de enseñanza. Los estudiantes, como se puede comprender, estaban entusiasmados con sus clases. Uno de sus ex alumnos declaró que era tan grande la multitud de estudiantes que seguía los cursos de Tomás, que a duras penas cabían en las aulas; y añadía, con una anotación personal, que «escucharlo era para él una felicidad profunda». No todos aceptaban la interpretación de Aristóteles que daba Tomás, pero incluso sus adversarios en el campo académico, como Godofredo de Fontaines, por ejemplo, admitían que la doctrina de fray Tomás era superior a otras por utilidad y valor, y servía como correctivo a las de todos los demás doctores. Quizá también por apartarlo de los vivos debates de entonces, sus superiores lo enviaron de nuevo a Nápoles, para que estuviera a disposición del rey Carlos i, que quería reorganizar los estudios universitarios.

Tomás no sólo se dedicó al estudio y a la enseñanza, sino también a la predicación al pueblo. Y el pueblo de buen grado iba a escucharle. Es verdaderamente una gran gracia cuando los teólogos saben hablar con sencillez y fervor a los fieles. El ministerio de la predicación, por otra parte, ayuda a los mismos estudiosos de teología a un sano realismo pastoral, y enriquece su investigación con fuertes estímulos.

Los últimos meses de la vida terrena de Tomás están rodeados por una clima especial, incluso diría misterioso. En diciembre de 1273 llamó a su amigo y secretario Reginaldo para comunicarle la decisión de interrumpir todo trabajo, porque durante la celebración de la misa había comprendido, mediante una revelación sobrenatural, que lo que había escrito hasta entonces era sólo «un montón de paja». Se trata de un episodio misterioso, que nos ayuda a comprender no sólo la humildad personal de Tomás, sino también el hecho de que todo lo que logramos pensar y decir sobre la fe, por más elevado y puro que sea, es superado infinitamente por la grandeza y la belleza de Dios, que se nos revelará plenamente en el Paraíso. Unos meses después, cada vez más absorto en una profunda meditación, Tomás murió mientras estaba de viaje hacia Lyon, a donde se dirigía para participar en el concilio ecuménico convocado por el Papa Gregorio x. Se apagó en la abadía cisterciense de Fossanova, después de haber recibido el viático con sentimientos de gran piedad.

La vida y las enseñanzas de santo Tomás de Aquino se podrían resumir en un episodio transmitido por los antiguos biógrafos. Mientras el Santo, como acostumbraba, oraba ante el crucifijo por la mañana temprano en la capilla de San Nicolás, en Nápoles, Domenico da Caserta, el sacristán de la iglesia, oyó un diálogo. Tomás preguntaba, preocupado, si cuanto había escrito sobre los misterios de la fe cristiana era correcto. Y el Crucifijo respondió: «Tú has hablado bien de mí, Tomás. ¿Cuál será tu recompensa?». Y la respuesta que dio Tomás es la que también nosotros, amigos y discípulos de Jesús, quisiéramos darle siempre: «¡Nada más que tú, Señor!» (ib., p. 320).

Benedicto XVI, junio de 2010.

 

Tomosíntesis: el revolucionario método para la detección precoz del cáncer de mama

Mamografía 3D – Tomosíntesis: el revolucionario método para la detección precoz del cáncer de mama

La tomosíntesis mamaria es una forma avanzada (evolucionada) de mamografía digital para aumentar la detección precoz del cáncer de mama.

tomosintesis nota

Ventajas:

  1. Mejora la evaluación del tejido mamario con la mayor precisión posible para el diagnóstico.
  2. Mayor exactitud en la determinación del tamaño, la forma y la localización de lesiones mamarias
  3. Detecta 35% más de carcinomas invasores.
  4. Mayor probabilidad de detectar múltiples lesiones en la mama. (Estadificación del cáncer de mama con lesiones múltiples).
  5. Imágenes más claras de anormalidades dentro del tejido mamario fibroglandular y heterogéneamente denso.
  6. Evita recitaciones y estudios diagnósticos adicionales.
  7. Utiliza dosis de radiación permitidas (La mamografía Sintetizada utiliza 40% menos de radiación)
  8. Colabora en disminuir las biopsias innecesarias.
  9. Mayor comodidad porque las imágenes 2D y 3D se pueden producir en una sola compresión.

Qué es la mamografía 3D-Tomosíntesis

La mamografía 3D es una nueva herramienta de evaluación diseñada  para la detección precoz del cáncer de mama que se realiza en conjunto con la mamografía digital tradicional 2D.

Es un examen aprobado por la FDA en al año 2011, para la detección precoz en mujeres que realizan estudios de control anual sin síntomas y constituye asimismo una herramienta valiosa para aquellas que tienen antecedentes personales, familiares, historia personal de cáncer de mama, tejido glandular denso e incluso para las que se encuentran en seguimiento de lesiones mamarias.

Una vez completada la mamografía 2D, se realiza el barrido 3D del examen, con una angulación en arco que toma múltiples imágenes en las dos proyecciones (de frente y de perfil) de la mama.

La mamografía  Sintética 2D (reconstrucción en dos planos de la mamografía 3D) puede presentar en una sola imagen algunos detalles que normalmente se ven mejor en  mamografías convencionales como calcificaciones y al mismo tiempo brinda las ventajas de la Tomosíntesis con un 40% menos de radiación.

Las imágenes obtenidas son procesadas brindando al radiólogo la posibilidad del análisis en 3 dimensiones de la mama.

El uso de Tomosíntesis mejora la sensibilidad y la especificidad, y ya no es necesario obtener mamografías 2D que puede ser reemplazada por la mamografía sintetizada.

Reemplazará la mamografía 2D estándar para la detección del cáncer de mama

Ventajas

La evaluación del tejido mamario en cortes milímétricos, le permite al radiólogo detectar hallazgos que pueden no ser visibles con la mamografía digital convencional, que muestra imágenes en un solo plano.

Mejora la visibilidad de lesión, especialmente en cánceres de mama con poca representación radiológica aumentando el rendimiento del lector comparándolo con la mamografía diagnóstica tradicional.

Esta posibilidad hace mucho más fácil la detección de lesiones no calcificadas (asimetrías, masas, distorsiones)  y reduce sustancialmente las recitaciones por falsas imágenes que son aclaradas en el momento si se deben a superposición de tejido glandular.

Tiene mayor sensibilidad y especificidad en la detección de imágenes en las diferentes variedades de densidad mamaria, sobre todo en el tejido mamario fibroglandular y heterogéneamente denso.

Contribuye a las mejoras en la estadificación del cáncer de mama.

Puede disminuir el número de lesiones clasificadas como BI-RADS 3. y a su vez facilitar el rendimiento de los estudios complementarios (Ecografía mamaria y RM con contraste endovenoso)

Por la mayor exactitud diagnóstica evita biopsias innecesarias.

En la actualidad también se cuenta con la posibilidad de realizar procedimientos intervencionistas guiados por tomosíntesis, método que permite biopsiar lesiones sólo vistas por tomosíntesis y las diagnosticadas por mamografía convencional,  de forma más precisa y en menos tiempo.

 La mujer puede, de esta forma,  acelerar su proceso diagnóstico reduciendo sus tiempos de consulta, costos  y ansiedad acompañantes.

Procedimiento:

La mamografía 3D se realiza en el mismo momento en mamógrafos especialmente desarrollados para el sistema, no necesita compresión adicional y requiere unos pocos segundos más.

 Complementa la tradicional mamografía digital.

Dosis de radiación:

Tanto la mamografía digital 2D como la mamografía digital 3D- Tomosìntesis utilizan bajas dosis de radiación y son menores a lo permitido en las recomendaciones de la FDA.

La detección precoz asegura la posibilidad de curabilidad en el 90% de los casos.

Programe su mamografía 3D en nuestras sedes de Cabildo y Vicente López.

 

Bibliografía

1. KopansD , Digital Breast Tomosynthesis from Concept to Clinical Care American Journal of Roentgenology 2014 202:2, 299-308

2. Rafferty EA, Park JM, Philpotts LE, et al. Diagnostic accuracy and recall rates for digital mammography and digital mammography combined with one-view and two-view tomosynthesis: results of an enriched reader study. AJR Am J Roentgenol 2014;202(2):273–281

3. Brandt KR, Craig DA, Hoskins TL, et al. Can digital breast tomosynthesis replace conventional diagnostic mammography views for screening recalls without calcifications? A comparison study in a simulated clinical setting. AJR Am J Roentgenol 2013; 200(2):291–298.

4. Friedewald SM, Rafferty EA, Rose SL, Durand MA, Plecha DM, Greenberg JS, Hayes MK, Copit DS, Carlson KL, Cink TM, Barke LD, Greer LN, Miller DP, Conant EF, Breast Cancer Screening Using Tomosynthesis in Combination with Digital Mammography, JAMA June 25, 2014.

5. Zuley M, Bandos A, Ganott M, et al. “Digital Breast Tomosynthesis Versus Supplemental Diagnostic Mammographic Views for Evaluation of Noncalcified Breast Lesions.” Radiology. 2013 Jan; 266(1):89-95. Epub 2012 Nov 9.